¿Por qué razones mueren los bonsáis?

Evita que mueran siguiendo estas sencillas pautas, la mayoría de muertes se producen por los siguientes motivos:

Los bonsáis necesitan cuidados prácticamente a diario, si te olvidas de él por varios días es muy probable que muera por falta de riego. Al ser árboles en pequeñas macetas la humedad se evapora con facilidad. Hay que ser constante con el riego, mínimo revisar una vez al día tocando el sustrato o revisando la apariencia del mismo.

En muchas ocasiones caemos en el error de pensar que más siempre es mejor, regando nuestros bonsáis a todas horas… Esto también resulta problemático ya que produce podredumbre radicular a largo plazo. Debemos dejar secar la capa superficial del sustrato entre riego y riego.

Importante asegurar un buen drenaje, en sustratos de mala calidad puede quedar el agua estancada produciendo problemas a corto plazo.

Otro error habitual es regar rápido, sin permitir que el agua penetre las capas más profundas del sustrato, aparentemente está regado, pero realmente no hemos empapado bien el cepellón de raíces. Este problema suele coincidir con un mal drenaje o impermeabilización de la capa superficial del sustrato.

La calidad del agua también puede jugar un papel importante, si contiene demasiada cal puede taponar las raíces evitando una correcta oxigenación y asimilación de nutrientes.

Otra de las causas de muerte es trasplantar cuando no toca o cortar raíces en exceso para hacerlos encajar en una pequeña maceta. Hay especies que soportan esto mejor que otras.

La muerte por agotamiento de nutrientes también se puede dar en casos en los que no se aporta alimento (abono) durante un largo periodo de tiempo. El árbol tira de sus reservas hasta que finalmente muere.

Una ubicación correcta es de vital importancia, vemos muchos casos en los que se ubican en el interior de las casas lejos de la luz natural, cerca de aires acondicionados o calefacciones... Esto resulta letal a corto plazo.

Aunque existen especies de origen tropical que se pueden adaptar a la vida en interior necesitan unas condiciones muy específicas, mucha luz natural, cerca de una ventana y lejos de aparatos de climatización.

 Un gran porcentaje de bajas se da en el periodo vacacional, para evitar disgustos recomendamos instalar un buen riego automático por goteo o aspersión con programador, si es posible supervisado por alguna persona de confianza cada 2 o 3 días ya que podría fallar por diversos motivos.

Si ubicas tus bonsáis en lugares con fuerte viento es más probable que mueran por falta de riego, ya que la evaporación de la humedad y el secado es mucho más rápido.

Muchos bonsáis agradecen sol directo pero otros no lo toleran en exceso, debes adaptarte a la especie en concreto que estés cultivando.

 

Una plaga de insectos u hongos que no ha sido tratada a tiempo también puede resultar letal para tus bonsáis o debilitarlos, por eso es importante observar las hojas y actuar en cuanto detectemos los primeros síntomas de que algo no va bien. Por suerte tenemos en el mercado productos específicos muy efectivos, puedes encontrarlos en nuestra sección de productos fitosanitarios.  

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